Arias Barrocas

El término «Aria» está íntimamente unido a bellas melodías, que seducen nuestros oídos y cautivan nuestro corazón. Pensar en un Aria es pensar en la expresión profunda de sentimientos, bajo la forma de unos versos poéticos, que unidos a esa melodía antes descrita, nos hace entrar en un estado como de embrujo estético.

Para el siglo XVII, la enorme tradición madrigalista, genera una nueva manera de conmover la escucha, y lo hace utilizando versos mucho más sencillos y directos, y, sobre todo, valiéndose de la melodía, de la textura homofónica que acompañada o no, podía penetrar en las conciencias de quien disfrutara de aquellas pequeñas perlas poéticas.

El Aria es sin duda el instrumento privilegiado por el que, unido a otros recursos, forjó uno de los más importantes géneros musicales de nuestra historia: la ÓPERA. Permitía al compositor transmitir al público los estados anímicos de sus personajes y hacerlo de forma que ese público al conmoverse se volviera cómplice de aquel que lloraba, o se extasiaba de amor. La gente cantaba la alegría de aquel o lloraba con el otro, pero siempre, valiéndose no sólo de unos versos simples y muy bien escritos, sino sobre todo, de una música, y en concreto de una melodía que la gente nunca olvidaría en semanas y que tras escucharla cantaría en su día a día.

En nuestro Concierto introduciremos brevemente cómo se construyeron esas primeras arias de los siglos XVII y XVIII, de cómo era el ambiente cultural y musical que les dio carta de nacimiento. Repararemos en esos recursos retóricos de los que se valían los grandes maestros de aquella época para guiar a sus escuchas por su trabajo musical, pero sobre todo, en nuestro Concierto vamos a sumergirnos en la música, cantándola e interpretándola, para salir de ahí llenos de ella y llevarla en nuestros corazones.