Estudio de canto

Lo que más me gusta de Anna es la capacidad que tiene para enseñar a todos sus alumnos con independencia del nivel. Siempre sabe qué ejercicio, ejemplo o técnica aplicar para que el alumno avance. Sabe dónde está la tecla que nos hace mejorar. Domina la técnica y la pedagogía. Además, tiene energía positiva, alegría y buen rollo. Llevo cuatro años con ella y es un regalo que la vida me ha dado y que quiero seguir aprovechando.

Todos tenemos una voz, un don con el que nos expresamos. Esa voz es única y nos define. Hablar y cantar es un hecho natural pero también requiere un aprendizaje. Anna ha creado un espacio (creo que lo lleva allá a donde vaya) en el que poder desarrollar nuestra voz. Combina a la perfección la técnica con la expresividad; crea un ambiente agradable, alegre en el que todos nos sentimos reconocidos. Nos ayuda a descubrir nuestra voz, a veces desconocida para nosotros mismos. Al cantar participamos de ese mundo inmenso que es la música. Es un regalo que podemos hacernos.

Anna es una artista y profesora de canto excepcional. Gracias a su talento como educadora y a su energía radiante, he pasado de cantar pensando en mí como la única espectadora, a poder actuar ante una gran audiencia. He aprendido a entrenar mi potencial, a descubrir sonoridades que no pensaba que existieran dentro de mi registro, así como también poder explorar una gran variedad de estilos musicales. Desde el primer día no tuve ninguna duda que si quería hacer clases de canto moderno, sería con ella. Espero con ganas nuestra próxima sesión!

Quería aprende a cantar y encontré una auténtica maestra, cercana, receptiva y sensible y con una creatividad desbordante. Con ella he descubierto que con las herramientas que nos propone, que son muchas, se puede conseguir disfrutar de la propia voz en el canto lírico. Gracias Anna, por compartir el arte de la música con nosotros de manera tan generosa.

A mí siempre me ha gustado cantar, por el simple placer del canto, porque me lo paso bien y por acompañarme cuando tocaba con la guitarra canciones que me gustaban. Tampoco es que cantara demasiado bien (de hecho, lo hacía bastante mal), pero me animé a empezar clases de canto con Anna. Con su ayuda, acompañado de un ambiente acogedor y motivador, puedo afirmar, con orgullo y satisfacción, que, tres años después, ¡mi nivel de canto ha mejorado mucho!

Antes de conocer a Anna, llevaba cantando aproximadamente unos dos años, con ayuda de otras profesoras. Sin embargo, durante todo ese tiempo, no llegué jamás a comprender cómo funcionaban mis cuerdas vocales o cómo encontrar el apoyo adecuado. Fue comenzar a cantar con Anna, que empecé a progresar como nunca antes lo había hecho. Sus sencillas explicaciones y dominio de la técnica vocal -ya no solo de la voz cantada, sino también de la hablada-, consiguieron que en poco tiempo cantase con más facilidad y seguridad en mí mismo. Mi voz se transformó rápidamente, dotándose de más brillo y potencia (sobre todo), ampliando notablemente los graves y los agudos. También, entendí como respirar y usar el diafragma, aspecto esencial para cantar sin dañar las cuerdas. Quién hubiese dicho que mi voz pudiese a llegar a tener la potencia que tiene hoy…, pues yo siempre había estado algo acomplejado del poco volumen que desarrollaba al cantar. Cantar es y será siempre mi mayor vocación; sin embargo, probablemente este precioso hobby se hubiese truncado en algún momento, de no haber tenido la suerte de encontrar a alguien como Anna en el camino. Ella, que ama profundamente su trabajo no solo te enseñará la técnica adecuada; también compartirá contigo el amor que tiene por la música.

A Anna la conozco como mi profesora de canto y como tallerista en mi instituto (es la creadora de un taller sobre violencia de género, “La violència secreta”). En ambas facetas he podido comprobar que su personalidad cálida y humana se pone, sin escatimar talento y paciencia, al servicio de una profesión que demuestra amar en cada clase, en cada sesión. Gracias, Anna.

Ana fue mi maestra de Canto Lírico en el Conservatorio de Barcelona el año 2019, en los Cursos Abiertos, que ofreció este espacio para aquellos que quisieran iniciarse en este magnífico y difícil Arte. Esto ya dice mucho de ella, de su generosidad y de su fe, en que la Música y el Canto pueden abrirse a personas de todas las edades, de todos los niveles y de cualquier formación, por poca que sea. De su mano y desde su voz, implicación, respeto y simpatía he podido empezar a realizar un gran proyecto en mi vida que acariciaba realizarse desde que era pequeña pero que no había logrado todavía: cantar y hacer conciertos como solista. Sus clases en grupo eran muy divertidas y supo mantener la motivación hasta final de curso y sin darnos cuenta, nos llevó al concierto final, donde, con mucha emoción, pudimos interpretar dúos y arias. Pero no acaban aquí las virtudes de Anna, ya que nos abrió las puertas a quien quisiera cantar en las residencias de ancianos en colaboración de una asociación, CORAVIS, y así, tuve mi primera experiencia como solista, ofreciendo mi música a los los ancianos y enamorándome del placer de cantar en público haciéndolo desde el corazón y con una buena técnica, tal como ella enseña. De todo esto sabe mucho Anna, primero porque es una gran cantante y después por sus proyectos sociales, por su implicación en todo lo que hace, la sinceridad y calidez de su acogida y aceptación de las personas y también por su capacidad de liderazgo que utiliza tanto para hacer realidad sus proyectos profesionales, como para conducir a otras personas a sacar lo mejor de ellas en sus clases, en el terreno artístico, emocional y de relación. Eternamente agradecida Anna Martínez Norberto, maestra mía, por todo lo que me has enseñado y me enseñas con tu arte, canto, generosidad y alegría de vivir.

Con Anna hemos compartido muy buenos momentos desde que la vida nos puso en contacto el año 2018 a raíz de CORAVIS. Sólo tengo buenas palabras para ella. Es una grandísima profesional, amante de la música en todas sus vertientes: como cantante, como compositora, como profesora, como músico ... Es además, una persona generosa en la que puedes confiar y con una bondad natural que ha hecho que, desde que montó el Taller de música, Musicart Sarrià, quiso compartir con la gente mayor que vive en residencias de alrededor de la Escuela la alegría de la música; y esto se multiplicó cuando nos conocimos dado que para Coravis, ong que nació para dignificar la gente mayor que vive en residencias, llevándolos momentos de alegría y bienestar, la música es un medio para emocionarlos positivamente. Y Anna se sumó con un grupo de alumnos, cada vez mayor, para ayudarnos a ayudar. Además, es un mujer emprendedora que no se detiene ante las dificultades. En el 2019 organizamos juntas la 1ª Gala para sensibilizar sobre la situación de las personas mayores. Fue espectacular y quedamos tan encantadas que decidimos hacerla anualmente. Como el Covid nos impidió que se hiciera en el año 2020, decidimos hacer juntas un videoclip con la canción himno de Coravis "Amor sin freno". ¡Nada la detiene! Y este año 2021 haremos la 2ª Gala sí o sí. Y por supuesto, juntas de nuevo. ¡Muy buena suerte, Anna!

Hace un año y medio que empecé a tomar clases de canto con Anna. Hacía tres años que dejé de cantar. El coro donde cantaba se disolvió y abandoné las clases de canto. Cuando llegué en el aula de Anna, vivía un periodo vital de mucho estrés. Había perdido la ilusión por cantar y lo primero que ella vio en mí fue la tensión corporal que acumulaba, sobre todo en el cuello, los hombros y la mandíbula. Una tensión que estrangulaba mi voz. Desde entonces hasta ahora hemos hecho un trabajo duro de picar piedra: destensionar cuerpo, corregir posturas corporales viciadas, trabajar la base corporal, la respiración, la articulación bucal y la proyección de la voz. Es decir; todo. Con ejercicios de proyección y técnica vocal, la voz ha ido ampliando registro y recobrando el vibrato. Poco a poco… puedo decir que estoy descubriendo mi voz. Los conocimientos técnicos y pedagógicos de Anna son incuestionables. Pero sobre todo le estoy muy agradecido porque con su dedicación y entusiasmo, estoy recuperando autoestima, voz y la pasión por cantar. Como dice la letra de un lied de Schubert que preparamos, Anna (y la música), me ha abierto un mundo mejor. Por todo esto y más, gracias, ich danke dir da für ¡gracias!